Conocida popularmente como arjeña o alheña, la henna (Lawsonia inermis) es una planta originaria de Oriente Medio, de cuyas hojas se extrae un tinte. Este ha sido usado desde hace milenios para dar color al cabello. Te contamos más sobre uno de sus usos más interesantes, que, a su vez, es desconocido por muchas personas.
Beneficios de la henna para el pelo
Aunque existen muchas plantas con la capacidad de cambiar la tonalidad del pelo, como la manzanilla, el romero o el nogal, ninguna posee una proteína tan fuerte para adherirse a la melena como la que tiene este producto. Por esta razón, el uso de la henna para las canas está muy arraigado en las mujeres hindúes y de Oriente Medio.
Entre los grandes beneficios de este tinte natural están los siguientes:
- Confiere mayor brillo, fuerza y volumen al cabello.
- Facilita el proceso de peinarse.
- Posee una comprobada capacidad antimicótica. Por eso contribuye a reducir la caspa y la hace de manera natural.
- Cubre las canas sin decolorar ni estropear.
- La inocuidad del tinte permite usarlo con frecuencia.
- Esta sustancia está exenta de resultados adversos, como la caída o irritaciones cutáneas, que son efectos típicos de los tintes industriales.
La forma de actuar de la henna sobre el cabello es la siguiente. Al triturar las hojas secas y pistilos de la alheña se obtiene un polvo rico en Lawsona, una molécula que interactúa con la queratina estructural del pelo. La reacción química resultante produce una coloración natural, cuya tonalidad final dependerá, en gran medida, del tipo de pelo y del color natural que este tengo.
Es importante que sepas que con daños en la cutícula o con falta de nutrientes no se obtienen acabados óptimos. Para que el color sea más intenso, deberías nutrir previamente.
Eliminando mitos sobre la henna
El tinte producido por la planta Lawsonia inermis ha estado rodeado de gran misterio por su origen antiguo. Son innumerables los mitos sobre él, como, por ejemplo, que da suerte. Por ello, aún se utiliza en ritos matrimoniales de algunas culturas. No obstante, los hechos que desmitificaremos aquí se refieren a su uso y sus efectos.
- Primer mito: el tinte causa una tonalidad anaranjada. Eso es completamente falso. La henna o alheña interactúa con el color base natural. Produce reflejos cobrizos en castaños y naranjas en los rubios claros. Sobre cabellera negra no se aprecia el cambio de tono.
- Segundo mito: la henna no es compatible con otros tintes. Medianamente falso. Si el otro tinte utilizado es ecológico, exento de amoníaco, pueden mezclarse.
- Tercer mito: no sirve para cubrir las canas. Falso. La alheña es el producto natural más recomendado para el cubrimiento y matizado de las canas, además de otros usos.
- Cuarto mito: la henna produce sequedad en el cuero cabelludo. Aunque la Lawsonia inermis tiene propiedades astringentes, es un excelente acondicionador, gracias a la cantidad de proteínas, vitaminas y minerales naturales que posee. Por lo tanto, este mito es también falso.
- Quinto mito: puedes elegir entre diferentes tonos de henna. Falso. La henna, en su estado puro y original, tiñe en un solo tono. El resultado depende del color original de los mechones.
- Sexto mito: el uso de la Lawsonia inermis está contraindicado durante el embarazo. Falso. La henna es un producto natural, sin componentes neurotóxicos. Por lo tanto, es inocuo en las mujeres en estado de gestación.
En alternativa a los nocivos tintes industriales, ricos en amoníaco y peróxido, la henna o alheña surge como tinte ecológico y amigable con el cuerpo y el medioambiente.
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