El cuero cabelludo posee una gran cantidad de folículos pilosos de gran tamaño drenados por las denominadas glándulas sebáceas, las cuales son las responsables de la producción del sebo. La función principal de esta sustancia es lubricar el cabello y evitar que este se reseque. Sin embargo, si esta producción es excesiva, puede generar un cabello graso y caspa.
Mitos acerca del cabello graso
Las causas de tener un cuero cabelludo grasoso son diversas y van desde la forma en que te alimentas hasta factores hereditarios. Si tienes este problema, sabrás que quitar la grasa del pelo no es tarea fácil, ya que puedes encontrar todo tipo de información no contrastada. Esto hace que, a la hora de combatirlo, adoptes hábitos y utilices productos que, en lugar de solucionarlo, hacen que el problema se agrave aún más.
Es por esto que a continuación te contamos algunos de los mitos más comunes sobre el tratamiento para el cabello graso y, a su vez, te brindamos varios tips que realmente te ayudarán a evitar el exceso de grasa.
1. El agua caliente ayuda a disolver la grasa
Este es un mito muy común, ya que las personas suelen pensar que la grasa en el cuero cabelludo actúa como la de la cocina, pero la verdad es que es preferible usar agua tibia.
En este sentido, mientras que el agua caliente provoca la aparición de sebo y grasa en el cuero cabelludo, el agua tibia favorece la circulación y te ayuda a mantener las cutículas cerradas para poder así evitar que la suciedad penetre en la fibra capilar. Sin embargo, aplicar el agua muy fría tampoco es muy recomendable, ya que genera un efecto rebote, es decir, reseca la piel y la vuelve inestable.
2. No se debe hidratar el cabello graso
Has de saber que el cabello graso necesita nutrientes purificantes e hidratantes, ya que, en la mayoría de los casos, el problema se origina por la presencia de sequedad (debido generalmente al uso de fijadores fuertes). Esto produce un efecto rebote (como el mencionado anteriormente) que ocasiona un aumento de sebo en el cuero cabelludo para protegerse. Si este tu caso, te recomendamos que emplees hidratantes para contrarrestar la sequedad.
3. No es recomendable lavar el cabello todos los días
La realidad es que, si al día siguiente del lavado, tu cabello ya está grasiento, lo mejor es que te duches diariamente, siempre y cuando los productos que utilices sean para uso frecuente. Sin embargo, hacerlo más de una vez al día puede ser perjudicial, ya que en cada lavado se desprenden gran parte de los aceites naturales del pelo, algo que estimula la producción de sebo por parte de las glándulas sebáceas para, de este modo, poder compensar esta pérdida.
4. Has de cepillar el cabello de manera constante para evitar la producción de sebo
No olvides que cepillar de forma continua tu cabello causa fricción, lo que provoca la rotura de la cutícula y la perdida de vitalidad del pelo. Además, el roce que se produce entre el cepillo y el cuero cabelludo origina una mayor cantidad de grasa. Lo ideal es desenredar el cabello con un peine de cerdas gruesas y separadas de forma delicada y sin frotarlo con el cuero cabelludo.
Como has podido comprobar, cuidar tu pelo no resulta tan sencillo como parece, pero, si tienes en cuenta estos tips, podrás mantener un equilibrio apropiado para el pH de tu cabello y evitar aplicar productos que engrasen o que estimulen la sobreproducción de sebo.
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